Juan Pablo Pedemonte (Montevideo, 1981). Poeta, Artista Plástico y Realizador Audiovisual. Ha publicado el poemario Almajara (Caracol al Galope, Montevideo, 2003) y participado en publicaciones colectivas. Mantiene inédita la obra Muertos en Flor (Primer Premio a la creación artística. Fundación Zitarrosa, 2008; Primer Premio Serafín J. García 2010), Los cristales del vientre (Mención Juan Carlos Onetti 2013), Los vitrales del Cristo (Mención Premio del MEC). Actualmente dirige la serie de documentales Los pájaros ocultos (Fondos Concursables 2011 y 2014) orientada a la difusión de artistas nacionales.
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¿Quién oculta a los pájaros sobre los que estás realizando tu serie de documentales?
Es una pregunta que admite una profundización mucho más severa de la que puedo trazar en estas líneas. Por una parte, diría que existe cierta mezquindad, primero de la sociedad o de su emplazamiento paradigmático, y por otro lado, de los propios artistas, salvando algunas excepciones esperanzadoras. Somos una sociedad deficitaria de sentido colectivo y el arte se impone sobre esa lógica. La consolidación del individuo presupone una suerte self-management para acceder a pseudo-elitismos o zonas de confort. Sitiales de la palestra reservados para quienes trabajen dentro de las reglas de la diferenciación que propone el mercado y el gusto oficial. Tienen cierta garantía de exposición, pero, por supuesto, una fecha de caducidad prematura. E impera la asequibilidad. El criterio es que sea de fácil acceso o comprensión al culto medio, con lo cual la obra que apuesta a la complejidad es necesariamente desplazada a cierta marginación u ocultamiento. Es discutible, por supuesto, pero alguna explicación tienen que tener las miserias que se exponen actualmente en el MNAV en el marco de los premios nacionales de Artes Visuales, o los shows performáticos de los poetas, cada vez más fantoches que letrados. Y por otro lado, decía que hay cierta mezquindad que proviene de los mismos artistas, que seguramente tenga que ver con la naturaleza humana favorecida por las condiciones de la actualidad. En la desesperada maratón del ego, parecería que es mejor ocultar a aquel que desestabiliza el status quo y relega a los otros a cierto “segundismo”. Es tan lamentable como visible. Hay quienes celebran la aparición de un artista; otros que se sienten perturbados ante la revelación; y una no tan minoría, que los festeja sólo en calidad de aparición, siempre y cuando sean “jóvenes talentos” y ellos mismos puedan arrogarse la sagacidad del hallazgo.
Lo positivo es que el juicio final del tiempo favorece a los que realmente se ocuparon de materializar el espíritu; y que las artimañas para animar las materias inespiritualizadas son simplemente mañas. Ese es mi voto más esperanzado con la humanidad y sus votos.
¿Cuáles pensás que son los autores-rocas uruguayos basamentales para la mejor poesía que se está escribiendo actualmente en nuestro país? ¿Pensás que abundan los trabajos de primer nivel?
Tenemos referentes indiscutibles. Uno de los padres del modernismo: Julio Herrera y Reissig, que adhiriéndome a lo que decía Zum Felde, tiene una magia lírica que no logró ni Rubén Darío ni Leopoldo Lugones. Igualmente tengo mis dudas en cuanto a que sea un basamento de la poesía actual. Sería necio decir que no contribuyó al presente, pero a veces parecería que está incluso por delante del tiempo actual de la poesía. Haciendo esta digresión, te nombraría cuatro poetas que incluí en la serie de documentales y deberían ser frecuentados: Marosa Di Giorgio, Pedro Piccatto, Álvaro Figueredo y Jorge Meretta. Los cuatro de un nivel muy por encima a la media de la poesía actual. Con lo cual creo que te contesto a la segunda pregunta: no creo que abunden actualmente los trabajos de primer nivel. Encuentro momentos de Fressia (muy altos), Estrázulas, Benavides, Circe Maia, Giovanetti, Ojeda y algunos poetas más jóvenes que también valoro como Cavallo, Alonso, de León, Simonetti y algún otro que seguramente en este momento se me escapa.
¿Cómo es tu relación con el misterio que envuelve a la aventura humana? ¿Pensás que el hombre está bien hecho (hecho para durar más allá) o que la sabiduría consiste en resignarse al imperio del absurdo y la nada?
Confío en la maravilla de existir y en la batalla sutil que continúa ganando el eros frente al tánatos. La humanidad ha generado demasiados medios para hacer desaparecer a la humanidad, pero sigue reinando la necesidad de amar y construir frente a la pulsión inclaudicable de la muerte. Creer verdaderamente en el más acá debería hacernos confiar en el más allá; ¿cómo no creer en el milagro si vivimos dentro de uno?
Álvaro Moure Clouzet ha escrito, al definir nuestra historia y nuestro presente cultural, que vivimos en un desierto pintado de pradera con suaves ondulaciones. ¿Coincidís con la denunciatoria acidez de este diagnóstico?
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